Identificar al enemigo



Las amenazas hay que tomárselas muy en serio, especialmente cuando vienen de terroristas que no sólo no tienen miedo a morir sino que se inmolan en nombre de su Dios. De nuevo asistimos horrorizados a un matanza indiscriminada de personas que su único signo es que no son musulmanas. Los criminales de París no han perpetrado esta matanza simplemente porque sean unos asesinos. Se han convertido en asesinos porque son musulmanes, y porque han sido adoctrinados en la idea de que para ser un buen musulmán hay que matar al infiel.

No estamos ante un problema de orden público. Estamos ante una guerra. Ciertamente, una guerra distinta, ajena al marco convencional de naciones y territorios, pero guerra al cabo, porque he aquí a un enemigo dispuesto a aniquilarnos sin cuartel. Todo el problema reposa sobre la identificación de ese enemigo. O más exactamente, sobre la incapacidad de Europa para llamarlo por su nombre. El enemigo es el islamismo que crece sin tregua en tierra de Europa. Las comunidades musulmanas residentes en nuestro suelo se han ido poblando de individuos -y grupos- cada vez más radicalizados.

Hay que exigir a las comunidades musulmanas residentes en Europa no solo el clásico "lo siento" a cada atentado sino una colaboración activa en el desmantelamiento de las redes yihadistas, si no son capaces de hacerlo no pueden estar conviviendo con nosotros. Es mas existen ciertas mezquitas donde se imparte la doctrina del odio y se dan las consignas a estos soldados del terror que llevan pasaporte nacional y podemos tenerlos como vecinos. Es urgente frenar la extensión del islamismo en nuestro suelo, lo cual pasa inevitablemente por limitar tanto la expansión religiosa del islam como la llegada de nuevos inmigrantes. 

Por supuesto que la mayoría de los musulmanes no comparte esta idea, pero eso, por desgracia, importa poco. Podemos repetir una y otra vez, año tras año, después de cada matanza, que el problema no es el Islam, sino el terrorismo yihadista, pero el hecho objetivo es que el Islam, una y otra vez, año tras año, genera terrorismo yihadista, y el fenómeno no cesa de crecer. Aún más grave: no cesa de crecer precisamente entre las comunidades musulmanas que residen en Europa. Asesinar y golpear en Europa es muy fácil, por eso estoy convencido de que sufriremos nuevos golpes, por mucho que nos blindemos, pero el problema es que ya tenemos la guerra en casa y ahora habrá que hacer algo diferente. Pero Europa sigue cerrando los ojos.

Comentarios

  1. German Delgado

    Los gobiernos Europeos tienen que ponerse manos ala obra..y tomar cartas en el asunto del islam empezando cada gobierno por su país o bien todos a una( mientras tanto que hace la Otan)

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  2. Mariluz Medina García

    Ese es el peligro: IDENTIFICAR AL ENEMIGO!!!

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