Los nuevos emigrantes

Ya no son gallegos o andaluces que buscan su futuro fuera de su tierra. Desde principios de 2011, Cataluña registra un saldo migratorio de 113.837 personas, casi el 60% de los emigrantes netos de toda España.

España se convirtió nuevamente en un país de emigrantes en 2011, tras varios años de intensa llegada de extranjeros, y este flujo de capital humano hacia el exterior ha seguido creciendo a lo largo de 2012. Según el Instituto nacional de Estadística (INE), en los nueve primeros meses del año se han ido de España un total de 420.150 personas (365.238 extranjeros y 54.912 españoles), 37.539 más que en el mismo periodo de 2011, sobre todo por la emigración de nacionales, que crece un 21,6% interanual en este período. Entre diciembre de 2010 y septiembre de 2012 han emigrado de España 927.890 personas, de ellas 117.523 eran españoles.

Sin embargo, el dato clave radica en el saldo migratorio neto -la diferencia entre las personas que entran y las que se van-, que se situó en 137.628 personas hasta el pasado septiembre, mientras que en 2011 el volumen de emigrantes netos fue de 50.090 personas. De este modo, desde diciembre de 2010, han salido del país 187.718 personas más de las que entraron, de los que 46.023 son españoles y 141.695 extranjeros.

Otro de los datos que llama la atención es que en lo que va de año, por primera vez, el saldo migratorio de los españoles está siendo negativo en todas las comunidades autónomas. Como resultado, en los doce últimos meses, la población española total se ha reducido en 45.245 personas, según el INE.

Y dentro de este contexto destaca especialmente la salida de personas que está registrando Cataluña, ya que lidera el número de emigrantes a nivel nacional. Así, en datos absolutos, un total de 273.006 residentes en la región emigraron al exterior entre 2011 y septiembre de 2012 (13.258 nacionales y unos 260.000 extranjeros), casi un tercio del total a nivel nacional y una cifra muy superior a los cerca de 180.000 que salieron de Madrid.

Asimismo, desde principios de 2011, Cataluña registra un saldo migratorio neto de 113.837 personas (más de los que entraron), el mayor del país, casi el 60% de los emigrantes netos de toda España, y unas tres veces superior al saldo de Madrid en este mismo período (40.192). En concreto, en términos netos, durante este período se han ido de Cataluña un total de 5.629 nacionales y algo más de 108.000 extranjeros.

El siguiente cuadro detalla, por comunidades autónomas, los flujos brutos de emigración exterior -personas que han salido de España- entre enero y septiembre de 2012, así como el saldo migratorio -la diferencia entre los que entran y se van-, en el mismo periodo, con cifras totales y las de españoles.

Cataluña nunca había sido tierra de emigrantes, antes al contrario, durante muchos años ha estado recibiendo inmigrantes del resto de España y últimamente desde países norteafricanos atraidos por su gran desarrollo y posibilidad de trabajo. Ahora las empresas se van a otras regiones gracias a las “facilidades” y cortapisas impuestas por los sucesivos gobiernos de la Generalitat.  Son datos irrefutables sobre el nivel de inestabilidad de la región. Puede ser que mucho de estos emigrantes que se va a otros lugares sean muchos de los magrebíes que entraron hace pocos años bajo el señuelo de Pujol para convertirlos en nuevos catalanes que ahora ven frustrada su posible integración laboral. Pero también hay entre ellos titulados, profesionales o industriales que están saliendo a buscar su futuro lejos de esta desorientada tierra que ahora cree que una utópica independencia podría resolver todos los problemas.