Propuestas para la defensa de la Función Pública - Alfonso Valdivieso-M Guirado


PROPUESTAS PARA LA DEFENSA DE LA FUNCIÓN PÚBLICA


Quiero dejar claro, para evitar malos entendidos, que comparto en el fondo la preocupación sindical sobre la situación socioeconómica que vive actualmente nuestro país, fruto de la crisis mundial que vivimos.

Sin embargo, y aquí discrepo por completo con los sindicatos y la clase política, la situación de crisis en España no se debe exclusivamente a esta crisis mundial. No hay más que ver que en la mayoría de los países afectados, mal que bien, la situación se está “sosteniendo”, en tanto que aquí, en nuestro país, contamos con la tasa de paro más elevada de la zona Euro, y qué decir del déficit público y de la situación de las CCAA, entre otros aspectos, todo lo cual implica un hecho diferenciador respecto del conjunto de las economías occidentales que no es debido sino a la pésima gestión de nuestros gestores políticos y sociales, de uno y otro signo.

Y digo bien, gestores políticos y sociales, porque habría que recordar a los sindicatos que esta situación de crisis no es nueva. La crisis estalló en el 2008, ya han pasado 4 años. ¿Qué han hecho ellos por contrarrestar sus efectos? MIRAR PARA OTRO LADO a cambio de prebendas, subvenciones, deuda histórica, y un sinfín de contraprestaciones por los “servicios prestados”, contribuyendo por acción y por omisión a la consecución de este nivel de endeudamiento y a este clima de corruptela en lo público. Han sido y siguen siendo corresponsables de la situación de crisis que nos toca sufrir a todos los ciudadanos de este país, mujeres y hombres, trabajadores y pensionistas, trabajadores por cuenta ajena y empleados públicos, todos la sufrimos, ya sea en primera persona o a través de nuestros familiares y conocidos, todos.

Sería conveniente recordarles que el art. 6 de nuestra carta Magna establece que: “Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios”, y es y debe ser, precisamente éste su papel en esta sociedad.
En fin, ahora los sindicatos requieren y necesitan de nuestro apoyo para salvar los muebles. Nos piden nuestra participación activa en las movilizaciones, a la vez que se ofrecen a atender nuestras propuestas y sugerencias. Bien, reitero, cuentan con mi apoyo y mi colaboración, pero no va a ser incondicional, no se lo han ganado. A cambio de este apoyo incondicional les exijo:

1º Examen de conciencia

Que los máximos dirigentes de las centrales sindicales reconozcan públicamente su nefasta gestión en defensa de los intereses económicos y sociales de los ciudadanos de este país y asuman su responsabilidad al respecto; sólo así podrán recuperar la confianza de los ciudadanos y el crédito que tal institución merece.

2º Renuncia al percibo de fondos públicos y “retribuciones en especie”
De una vez por todas debe acabar esta situación de clientelismo para con la Administración a cambio de subvenciones, nombramientos para determinados puestos, ..., para servir de forma imparcial y objetiva a los fines que les han sido encomendados.

3º Rueda de prensa en defensa lo público
Lo enumero en tercer lugar, pero no por ello es menos importante.
Toda recuperación de nuestros derechos como empleados públicos pasa necesariamente por la recuperación de nuestra dignidad como tal; no ganaremos ninguna batalla por más manifestaciones que se hagan si no contamos con la opinión pública de nuestra parte, y ninguna reivindicación pública tendrá éxito en tanto la ciudadanía en general tenga una nefasta opinión de nosotros y crea todas las maldades y falsedades que, desde la clase política y empresarial se vierten sobrenuestro colectivo.

En este sentido, propongo que los máximos responsables de los sindicatos mayoritarios se personen ante los medios de comunicación postulándose clara y tajantemente en defensa de la función pública, desvelen la realidad de la misma y confirmen la manipulación que, desde la política y la empresa se está haciendo al respecto.

No olvidemos que muchas de las medidas de recorte acometidas no ayudan en modo alguno a salir de la crisis sino que suponen un ataque frontal a la función pública a la vez que contribuyen al descredito de nuestro colectivo. Nos han situado en el foco de atención de la opinión pública como culpabes de la situación económica y nada más lejos de la realidad.

Alfonso Valdivieso-M Guirado

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